El quid de nuestro gran y terrible trabajo es precisamente este: Despertar a la Serpiente antigua. Cuando el Leviathan sea arrancado de su sueño aeónico, él devorará al que lo despierta y, entonces, devorara el mundo. Así, nosotros, nos auto-inmolamos a la orilla de las aguas, sólo para ser renacidos como Horus y Quetzacóatl.
Cada ritual que hacemos, y cada gota de sangre que derramamos son solo para alimentar a la Serpiente,sobre la cual cabalgamos por el abismo y mas allá de la eternidad.
Somos inmortales, no por la fuerza de estos cuerpos que nos atan, si no por esa Serpiente, ancestral y sabia, que nos lleva sobre el huesudo entendimiento de la muerte.
Los vedas enseñan el principio y la practica de ''levantar'' la Serpiente Kundalini para conectar y fortalecer los chacras hasta su máximo potencial. Esto suele darse tras largos años de disciplina Yógica, es la culminación del poder Kundalini, que empuja (y libera) el alma, desde el cuerpo, por el chacra corona. Se dice que entonces, el alma liberada, viaja hasta el cielo mas alto. encontrándose con Krishna, entrando en un reino de placer divino.
Este tipo de viaje espiritual se puede ver también en el "Pathworking" cabalístico. El aspirante dedicara todo su foco espiritual en un Sephiroth o esfera especifica, como por ejemplo, para empezar, Geburah. El practicante desvestirá todos los secretos de la esfera hasta alcanzar la maestría en ella, de una manera similar a la del Yogui cuando se acerca a cada respectivo chacra . El cabalista ''trepará'' por el árbol de la vida (árbol que, como nota interesante, no se habria conocido de no ser por su hermano gemelo, el arbol del conocimiento, mostrado a Eva, por no otra que la serpiente según su propia mitología) hasta alcanzar Kheter, una esfera sephirotica que se relaciona directamente con el chacra corona. Una vez Kether a sido dominada, el adepto aun tiene una tarea final: La absolución.
Todo sistema de realización espiritual trata de alcanzar el cielo. pero solo unos pocos, los malditos, se han atrevido ha tirar el cielo a la tierra en una ardiente colisión. Solo unos pocos han derramado sangre en las aguas oscuras, no solo para remover, si no para despertar a la serpiente por completo y traer su ira sobre la faz de la tierra.
La serpiente no es el sendero, ni el palacio al final del sendero, si no la moción y el poder de cada paso tomado. No es magia en todas sus formas y religiones, si no una corriente energética que se extiende bajo la fachada de todas las cosas.

No hay comentarios:
Publicar un comentario